Otitis es un término que hace referencia a la inflamación del oído.
La Otitis Externa es la infección de la piel del conducto auditivo externo. Se producen principalmente en verano, en relación con los baños en piscinas, eczemas de la piel o heridas debidas al rascado o manipulación del oído. Estas infecciones producen dolor, generalmente intenso, taponamiento del oído y a veces supuración por el oído y pérdida auditiva. Cuando la infección es debida a hongos los síntomas más frecuente son picor y taponamiento del oído.
La Otitis Media Aguda es una infección del oído medio que se produce generalmente a raíz de un cuadro catarral y es especialmente frecuente en niños hasta la edad de los 6 años, debido a infecciones frecuentes de las vegetaciones adenoideas. En estas infecciones se produce a veces la supuración del oído a través de una perforación del tímpano que se suele cerrar espontáneamente.
También son frecuentes las Otitis Seromucosas que son especialmente relevantes en los niños, ya que pueden pasar desapercibidas y ser responsables de una pérdida auditiva y otitis medias agudas de repetición. En estos casos es habitual la presencia de una hipertrofia adenoidea y/o amigdalar que requerirá también tratamiento.
La Otitis Media Crónica se define como una inflamación del oído medio que persiste más de 3 meses. La mayoría son secuelas de otros procesos del oído, como perforaciones timpánicas, calcificaciones, lesiones óseas,… Otras son debidas al colesteatoma, una enfermedad benigna pero que lesiona las estructuras óseas del oído. Estas otitis provocan problemas de supuración repetitiva del oído con pérdida auditiva y el tratamiento consiste en evitar las infecciones, aunque a menudo requieren un tratamiento quirúrgico.