Las pruebas de audición son el método que se utiliza para estudiar las pérdidas auditivas y, en algunos casos determinar el grado de pérdida y localizar en qué parte del oído se ocasiona. La prueba más habitual es la Audiometría que realiza en una cabina que atenúa el ruido ambiental. En los niños a partir de 3 años se pueden realizar pruebas de audición infantil basadas en el juego con resultados muy fiables.
En algunas ocasiones son necesarios otros tipos de pruebas como son:
- Impedanciometría que evalúa la presencia de problemas de ventilación o de ocupación del oído medio y algunos reflejos del oído.
- Otoemisiones que son pruebas automáticas en las que se detecta el funcionamiento del oído interno sin que el paciente tenga que responder, por lo que son especialmente útiles en lactantes y niños pequeños.
- Potenciales auditivos que son otras pruebas automáticas que detectan la transmisión del sonido en el oído interno y sistema nervioso y que tampoco requieren la respuesta del paciente,siendo también específicamente útiles en lactantes y niños pequeños.